 
Historia
Fue centro de la influencia cluniacense
en España, con jurisdicción sobre casi un centenar de monasterios,
conventos e iglesias, desde el Cantábrico a Segovia y en el siglo XIV
llegó a tener universidad de Teología y Canónico.
La riquísima abadía cluniacense
siempre fue objeto de animadversión para las gentes de la ciudad.
Contra ella se rebelaron en el medievo los burgueses y la hermandad
de campesinos, para tratar de limitar sus privilegios
políticos y económicos. Los mismos vecinos colaboraron a la devastación
del recinto, en los momentos de la desamortización, y actualmente, tras
despojos e incendios, sólo se mantienen en pie algunas ruinas.
El
monasterio de S. Benito
El desaparecido monasterio de San Facundo y San Primitivo (luego San
Benito) de Sahagún constituye un hito dentro de la historia monástica
de la península ibérica. Desde sus comienzos fue una de las
instituciones monásticas más protegidas por la monarquía y la alta
nobleza. En la segunda mitad del siglo XI se convirtió en baluarte de
la reforma religiosa que emprendió Alfonso VI,
rey de Castilla y León, a instancias del papa Gregorio
VII. El monasterio quedó bajo el gobierno de monjes
cluniacenses aunque nunca llegó a depender jurisdiccionalmente de la
abadía de Cluny. Fue entonces cuando se sentaron las bases para una
mayor expansión territorial del monasterio. Alfonso VI, su gran
protector, estableció allí la sede de su corte durante los meses de
invierno y expresó la voluntad de ser enterrado junto a su iglesia, en
vez de en el panteón familiar de San Isidoro de León. Sus sucesores
continuaron apoyando al monasterio que, sin embargo, entró pronto en
declive.
En el siglo XV perdió su tradicional autonomía y se confederó en la
congregación de Valladolid, recuperando parte de su tradicional
vitalidad.
Excavaciones realizadas en la primera mitad del siglo XX
sacaron a la luz un espacioso panteón funerario que, ubicado en el
extremo occidental del templo (al igual que el de San Isidoro), albergó
los restos del rey Alfonso VI († 1109) y los de sus esposas, así como
los de buena parte de sus magnates. De esta fase contamos con
fragmentos dispersos, entre los que destaca la lauda sepulcral del hijo
de uno de los más destacados colaboradores del monarca, Pedro
Ansúrez (hoy en el Museo Arqueológico Nacional,
Madrid), realizada en mármol poco después de 1093.
Solamente quedan en pie tres partes del mismo:
La
capilla de San Mancio
Primitivamente se dedicó a San Benito, según atestigua la inscripción
de la consagración del altar por el Obispo de Astorga en el año 1184.
Es de una sola nave de tres tramos, el último se ha perdido, se cubre
con bóveda de crucería. Algunos la identifican con la primitiva capilla
edificada en época de Alfonso III, todo ello se debe a un problema en
los cambios de advocación, puesto que originalmente esta se dedicó a
San Benito tal como reza la inscripción que indica la consagración del
altar en 1.184. El muro exterior de esta capilla esta realizado en
estilo mudéjar, es uno de los primeros ejemplos peninsulares.
La torre
Sobre un lado de la cabecera del Monasterio (antes de su destrucción
existía otra torre gemela cuyos restos aún podemos observar a la
izquierda de la existente).
El
Arco de San Benito
Aunque popularmente se le atribuya la función de entrada al monasterio,
en realidad nos hallamos ante la portada meridional de la iglesia. Lo
construyó en 1662 el arquitecto Felipe Berrojo,
en sustitución de la portada principal del templo románico, ya
transformada en el siglo XIII, y que estaba en ruinas. Se trata de un
amplio arco de medio punto realzado por un marco rematado en piñón con
aletas. Recientemente, tras unas labores de consolidación, apareció la
escultura de un San Juan, perteneciente a una de las jambas de la
portada gótica sustituida. Destaca la calidad heráldica. Actualmente
está atravesado por la carretera
Iglesia
de S. Tirso
Se considera que fue una de las
primeras iglesias románicas españolas, en que se reemplaza la piedra y
la
escultura monumental por el ladrillo.
Su estilo es Románico-Mudéjar.
Se comenzó a edificar en el S.XII. La torre es de planta rectangular
sobre su primer cuerpo troncopiramidal se alzan tres cuerpos más con
arquerías, teniendo los dos inferiores, columnas pétreas como apoyos.
El ábside central arrancó en sillería con columnas, pero cuando hubo un
cambio de planteamiento, se continuó con ladrillo, de modo que las
columnas de piedra se continuaron como pilastras de ladrillo y el muro
se decoró con dos arquerías superpuestas de medio punto.
La planta es basilical con tres
naves separadas por tres arcos triunfales de herradura.
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Iglesia
de S. Lorenzo
De estilo románico mudéjar siglo
S.XIII. Su estructura es similar a la de san Tirso pero ésta tiene como
material el ladrillo. La gran torre presenta cuatro cuerpos: El
inferior con arcos ciegos, presentando los dos superiores, cuatro vanos
con arcos doblados, y el último cinco vanos rodeados de arco sencillo.
La cabecera tiene tres ábsides
con arquerías de herradura y alfiz, con frisos de ladrillos en
esquinilla.
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Realizado por Cristina Gonzalo Delgado,
2º Bachillerato B
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