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Las Glosas Silenses

En el pueblo castellano va surgiendo espontáneamente una nueva forma de hablar. Entre el clero, muy probablemente benedictino, es donde se inicia el reconocimiento de ese nuevo hablar escribiendo intencionadamente sus primeras palabras en unos libros latinos dedicados al uso litúrgico. En el monasterio benedictino de Santo Domingo de Silos se han conservado algunos de esos textos.

Las glosas son un conjunto de anotaciones de tipo lingüístico que se añaden al margen, o entre líneas, de un texto para hacerlo más claro. La profusión de tantas glosas romances en tan pocos folios, como sucede en este penitencial de Silos, denota una voluntad decidida por traducir las palabras latinas más significativas a la nueva lengua ya en uso. Al aplicar la grafía latina a esa nueva forma de hablar, carente todavía de normas y usos ortográficos, este monje culto puso en marcha un experimento que luego se consolidaría. Con ello le dio al nuevo hablar un sustrato cultural que favoreció su difusión. Estamos ante las primeras palabras intencionadamente escritas en lengua española.

Este penitencial de Silos forma parte del códice, hoy en el Museo Británico, add. 30853 y ocupa los fols. 309-324



Al ciprés de Silos

Enhiesto surtidor de sombra y sueño,
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza,
devanado en sí mismo en loco empeño

Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi, señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales;

Como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplos de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.

Gerardo Diego

Realizado por Abdelilah Ethahma 4º ESO