Lesiones y problemas físicos padecidos por senderistas y cicloturistas en el Camino![]() ![]() Según se ha expuesto en muchos de los documentos -sobre todo guías- dirigidos al peregrino que recorre esta ruta por etapas, tanto andando como practicando cicloturismo, diferentes autores nombran las que consideran enfermedades o problemas físicos más habituales que puede sufrir el peregrino. ![]() Como se puede observar en la figura 1, los resultados obtenidos en el presente estudio indican que las ampollas en los pies son el problema físico más sufrido por los peregrinos a lo largo del recorrido, pues la mitad de los mismos las padecen (51%). En íntima relación con aquéllas se presentan las llagas en los pies, soportadas por un 16,8% de los viajeros. La tendinitis, consecuencia del diario y elevado esfuerzo físico, también es una molestia que ha padecido un elevado porcentaje de peregrinos, prácticamente un tercio de los mismos. Asimismo, es de destacar que dos de cada diez viajeros (19,5%) ha soportado migraña o dolor de cabeza durante la ruta. También, el resfriado (14,8%) y la insolación (13,6%) son problemas reseñables que afectan a la población estudiada, así como las caídas y golpes, y la depresión, sufridos por uno de cada diez peregrinos. El resto de lesiones y enfermedades, como los esguinces, problemas musculares, dolor de espalda, gastroenteritis, alergias, rozaduras, etc., presentan porcentajes inferiores al siete por ciento, lo que indica que son padecidos de forma más puntual y por un menor número de viajeros. Diferencias según el medio de locomociónEl análisis se hace más interesante cuando se estudian las diferencias significativas, desde el punto de vista estadístico, que se producen en función del medio utilizado para recorrer la ruta. En la figura 2 se comprueba que las ampollas y las llagas en los pies, así como la tendinitis, las padecen más los senderistas, mientras que los cicloturistas se ven más afectados por insolaciones, resfriados y caídas y golpes. ![]()
Aunque son menos los que padecen llagas en los pies, los datos están en la línea de los anteriores: dos de cada diez de los caminantes y apenas un cinco por ciento de los que recorren la ruta sobre dos ruedas. Es alto el porcentaje entre los senderistas respecto a estas dolencias, dado el esfuerzo diario que soportan los pies; “pies de ciudad”, poco acostumbrados a andar durante tantas horas y kilómetros, con excesivo calor en verano y enfundados en un calzado poco habitual -principalmente botas de montaña- en la vida diaria.
Diferencias según nacionalidadResulta interesante realizar este análisis, puesto que, las diferencias que se hallan en función de la nacionalidad de los viajeros se presentan en relación con las ampollas y las llagas en los pies (figura 3), problemas que, como hemos comprobado anteriormente, afectan sobre todo a los senderistas. ![]() La mayoría de los peregrinos que proceden de otros países del mundo y de los de Europa sufren ampollas en los pies durante el recorrido. De igual manera, también son estos dos colectivos los que más sufren las llagas. Se observa gran diferencia respecto a los españoles, que son los que menos padecen, tanto las ampollas como las llagas. La explicación a estas diferencias hemos de buscarla en el tiempo que dura su recorrido y, por ende, en el lugar de inicio del mismo. Los españoles tienden a iniciar su peregrinación en lugares más cercanos a Santiago, como Sarria, O’Cebreiro, Ponferrada, Astorga o León, mientras que los europeos y los del resto de países comienzan en lugares más alejados, como Saint Jean Pied de Port o Roncesvalles. Resulta lógico que aquéllos que inician más lejos y que están más tiempo peregrinando sufran más estas dolencias en los pies. ConclusionesEl medio de locomoción utilizado para realizar una ruta por etapas, el Camino de Santiago en este caso, así como la distancia recorrida, son determinantes en relación con los problemas físicos sufridos a lo largo del itinerario, de tal manera que los que van andando padecen más lesiones y padecimientos que los que van en bicicleta. Las dolencias en los pies, como consecuencia del esfuerzo diario y de la utilización de calzado distinto al de la vida habitual, son las principales lesiones que sufren los caminantes. La mayoría de ellos padecen ampollas. La tendinitis, lesión provocada por el sobreesfuerzo diario y la falta de preparación física adecuada para el Camino, es un problema sufrido tanto por caminantes como por ciclistas. No obstante, afecta más a senderistas, pues los que van en bicicleta están habituados a este medio y entrenan más con motivo de la peregrinación. Las principales complicaciones que sufren los ciclistas son aquéllas derivadas de los golpes y las caídas, propios de la conducción de este medio de locomoción durante muchos kilómetros por el medio natural por el que transcurre el itinerario jacobeo.
Para más información consultar el siguiente enlace. |