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Las murallas de la ciudad

Se considera el asentamiento de la Legio VII Gemina en el año 74 d.C. como el origen de la ciudad de León, aunque recientes investigaciones han aportado datos que desmienten esta afirmación y anticipan la presencia romana a los años 10-15 a.C.

El asentamiento de la Legio VII en la confluencia de los ríos Bernesga y Torío obedece a una doble causa: servir de vigilancia en el transporte del oro y otros minerales hacia la capital Asturica Augusta (Astorga) y después hasta Roma y trabajar en labores mineras.

Hace casi dos mil años, durante la dominación romana de la Península Ibérica, el gobernador de la Hispania Tarraconensis, Servio Sulpicio Galba, que se había rebelado contra el emperador Nerón, decidió reclutar soldados para crear una fuerza militar que le sirviera de apoyo en la conjura, reunió una Legión de 6.000 hombres más caballería en poco tiempo, marchó sobre Roma y, tras el suicidio de Nerón, fue proclamado Emperador.

Al año siguiente caía asesinado en el foro a manos de los pretorianos, descontentos con su nefasta política; pero la legión que había creado dejó una huella imperecedera.

La Legio Galbiana pasó luego a denominarse Legio VII Gemina, guerreó contra los bárbaros en la frontera del Rhin y, de regreso de Italia, estableció su campamento amurallado en una colina entre los ríos Torio y Bernesga, en el noroeste peninsular. Junto al campamento fue creciendo un poblado de civiles, familiares de los legionarios, artesanos y mercaderes. Este es el origen de la ciudad de León, que se data en el año 68 d.C. Una piedra tallada de época posterior, que se conserva en el Museo de San Isidoro, atestigua el acontecimiento.

Con el transcurrir del tiempo, el asentamiento se hizo definitivo, surgieron termas, templos paganos y villas de recreo, y la "pax romana" convirtió la ciudadela en una de tantas plazas fuertes con las que se aseguraba el sometimiento de las tribus levantiscas - astures- y el comercio del oro y la plata, es decir, el Imperio.

Las antiguas murallas romanas fueron varias veces destruidas y vueltas a levantar a lo largo de los siglos, como la propia ciudad.. Las murallas actuales recuerdan el origen de la ciudad fueron reconstruidas por Alfonso V, Rey de León, en el año 1010, y más tarde reforzadas y ampliadas.